"Con nuevos métodos para explorar el cuerpo y el cerebro, los investigadores están descubriendo más detalles fisiológicos acerca de cómo cada emoción prepara el organismo para una clase distinta de respuesta:
Con la irá, la sangre fluye a las manos y así resulta más fácil golpear a un enemigo; el ritmo cardíaco se eleva y el aumento de adrenalina genera un ritmo de energía lo suficientemente fuerte para originar una acción vigorosa.
Con el miedo, la sangre va a los músculos esqueléticos grandes y así resulta más fácil huir. Al mismo tiempo el cuerpo se congela, aunque sólo sea por un instante, permitiendo que el tiempo determine si esconderse sería una reacción más adecuada.
La expresión facial del disgusto sugiere, como señaló Darwin, un intento primordial de bloquear las fosas nasales para evitar un olor nocivo o de escupir un alimento perjudicial.
Una función importante de la tristeza es ayudar a adaptarse a una pérdida, esto produce una caída de energía y vuelve más lento el funcionamiento del organismo, provocando que nos resguardemos en un lugar seguro."
Daniel Goleman, La inteligencia emocional.
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